La ira es la emoción de las prisas.
¿Qué ocurre cuándo hacemos las cosas con prisa, sin apenas margen de maniobrar -y mucho menos de errar-? Que aparece una emoción que no nos gusta sentir: la ira. Y la ira, al final, en ocasiones, hace que las cosas no salgan como esperamos o queremos.