El humor ablanda, facilita el cambio. La seriedad endurece, nos vuelve rígidos. Si tienes un tema serio entre manos, ¡mejor tómatelo con liviandad!
Dicen que a veces reírse es lo más serio. Al final, si tienes un tema que te preocupa, ¿no será mejor tomárselo con buen humor que enfadados? Mirarlo desde esa perspectiva puede facilitar el cambio y hasta ayudarte a tomar decisiones.