Hay pensamientos que molan y otros que no molan tanto. No puedes evitar pensarlos, aparecen por sí mismos. Lo que sí está en tu mano es la atención que les prestas.
Te contaré un pequeño secreto: no me gusta decir eso de «eso se me ha ocurrido a mí», porque, en realidad, ha sido cosa de mi cerebro. Los pensamientos han aparecido ahí y no está en nuestra mano evitar pensarlos, pero sí decidir cuánto protagonismo les das en tu vida.