A todo se acostumbra uno. A lo que nos hace mal y a lo que nos ayuda a forjar nuestra voluntad. Tanto si eliges el camino fácil como el difícil tu cuerpo se acostumbrará.
El camino fácil no siempre es el mejor camino; y lo cierto es que no pasa nada. A veces es cuestión de acostumbrarnos a esas situaciones que pueden llegar a escaparse de nuestro control y saber que incluso eso es parte de la película de nuestra vida.