Qué rápido se puede pasar del cielo al infierno. De hecho, no están tan lejos entre sí. La euforia y la ira tienen mucho en común aunque no lo parezca. En ambos sitios tienes poco dominio sobre ti mismo.
A veces es así; el límite, la delgada línea entre una y otra cosa es tan fina que no la vemos. Y, al final, tanto en unos extremos como en los otros, el dominio sobre ti mismo es escaso.