Las soluciones más disruptivas suelen venir de un cambio de perspectiva significativo.
Donde más cómodos estamos es en nuestra zona de confort, esa que conocemos a la perfección y en la que sabemos qué funciona y qué no. Sin embargo, a veces las soluciones mejores están fuera de esa zona; a veces, lo que necesitamos es un cambio de perspectiva.